martes, 29 de julio de 2008

Noche Alcoholica


Me hiere que la noche haya sido testigo,
Del acercamiento carnal de un ser egoísta,
Que tomo mi cuerpo,
Mientras mi mente se encontraba fuera de mi,
A causa del alcohol que se interno en mis venas,
Aquel, toco con sus carnosas manos todas mis extremidades sin algún límite,
Su lengua puntiaguda en mi piel eran agujas,
Su saliva el veneno que alimenta mi alma día tras día,
Su aliento el hedor putrefacto del resultado de una sociedad,
Quizás no tenga razon de sus actos,
Pero a medida que obtenía lo que necesitaba de mi,
La noche fue desapareciendo y con ella volvía mi ser,
Y un sentimiento de vació me invadía al desvanecer la oscuridad,
Ahora todas las noches se han convertido en espejismos,
En fantasmas que atormentan mis sueños,
Mis ojos se desorbitan al recuerdo de un pasado,
Un pasado que aunque quisiera olvidar la misma vida se encarga de enfrentármelo,
Sin detenerse a sentir y a vivir el dolor que llevo en mi.

Cuanto desearía que hubiera saciado su sed,
Despellejara los desechos de un cuerpo pálido e inerte en su momento,
Y hubiera vaciado los despojos al vació,
Ahora la maldita imagen de su rostro,
Esa imagen de satisfacción y sus gestos de burlesco ante mi imposibilidad,
Creando en mi interior un maldito rencor,
Aquel rencor que recorre por mis venas,
Hace mi respiración lenta,
Que mis ojos sangren en su interior,
Y el paso del tiempo se haga más lento,
A la espera de que su alma se pierda en un ultimo suspiro,
Que su memoria carcoma su conciencia y la única salida fuera su suicidio,
Sin encontrar descanso en la eterna oscuridad.

Cuanto deseo ver su sufrimiento,
El anhelo de ver su sangre recorrer la maleza de la tierra,
Sus órganos esparcidos por los buitres en el ambiente,
Y su putrefacto olor llevado por las mantas del viento,
Aunque en mis sueños todo esto sea posible,
En la “realidad”, en mi maldita “realidad”,
La palabra a una promesa me ata a mi propia venganza.

No hay comentarios: