sábado, 15 de noviembre de 2008

Mujer de Metal Liquido




El crepúsculo haciéndose débil a pies del sol,
Tú, desprendes el cuerpo de aquel catre de madera,
Que lo sostiene durante el letargo nocturnal,
Y despiertas con el frio de los recuerdos.

Tomas una larga ducha y el dolor no cabe por el desagüe,
Tu cuerpo desnudo no se refleja en aquel espejo mate,
Mientras tus ojos dilapidan lágrimas carmesí,
Y tus gemidos se hacen silencio.

Te cubres con un tramo de tela,
Pero tú destino no,
Caminas hacia aquel viejo ropero,
Miras hacia adentro y eliges el color para vestir tu alma “negro”,
Aun así los ojos acusantes pueden observarte.

Finalmente te adentras en aquella jungla de cemento,
Donde como un animal salvaje sobrevives,
Esquivando pensamientos anónimos que viajan en el aire,
Y aquellos índices que no paran de señalarte.

Tus noches se hacen día con tal facilidad,
Con la que la vida se hace muerte,
Mas tu descanso se perdió en el tiempo.

Has gritado tanto que tus palabras son chillidos,
Has soñado tanto que tu realidad sea desvanecido,
Has caminado tanto en busca de respuestas,
Que tus pies están carcomidos por el polvo, y tú aun sigues sin ellas.

Mujer de metal liquido,
Tan fuerte y tan débil,
Recaes ante tanta opresión detrás de la escena,
Pues nadie conoce tu dolor, tan solo tu recinto se ahoga en el.

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